📍Detalles:
La empresa OpenAI actualizó sus “Usage Policies” el 29 de octubre de 2025. En el documento, se reafirma que los servicios de ChatGPT no pueden usarse para la “provisión de asesoría personalizada que requiera licencia, como legal, médica o financiera, sin la participación adecuada de un profesional autorizado”.
Sin embargo, la compañía aclaró que no se trata de una nueva prohibición sino de una consolidación de políticas existentes: según un ejecutivo de OpenAI, el comportamiento del chatbot “no ha cambiado” esencialmente.
En la práctica, esto significa lo siguiente para los usuarios:
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ChatGPT ya no puede ofrecer consejos específicos personalizados de salud, finanzas o legales como si fuera un profesional con licencia. Legal IT Insider
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Pero sí puede seguir proporcionando información general, explicando conceptos, orientando al usuario sobre qué preguntas hacerse y motivando a consultar a un especialista. Business Insider+1
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La restricción se refiere especialmente a “decisiones de alto riesgo” o que puedan afectar la seguridad, derechos o bienestar del usuario. The Times of India+1
🎯 Tips para usuarios y empresas:
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Como usuario, cambia tu enfoque al usar ChatGPT: en lugar de pedir “¿qué acción financiera debo tomar?”, formula preguntas del tipo: “Explícame qué criterios considerar al invertir”, o “¿Cuáles suelen ser los pasos para entender mis opciones médicas?”.
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Verifica siempre con un profesional: Si tus decisiones implican salud, dinero o aspectos legales, recuerda que un asesor licenciado debe revisarlas. ChatGPT puede ayudar a prepararte para esa consulta.
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Para empresas o desarrolladores, si usas ChatGPT en productos o servicios vinculados al asesoramiento financiero o médico, asegúrate de incluir revisión humana, advertencias claras, y cumplir con las políticas de OpenAI.
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Conserva la claridad sobre los límites: ChatGPT es una herramienta de apoyo, no un sustituto profesional. Como usuario, mantén la conciencia de su rol.
🔍 En resumen:
No, ChatGPT no dejará de funcionar en temas de salud, finanzas o legales, pero sí refuerza sus límites: ya no debe usarse para ofrecer asesoría personalizada que sustituya a un profesional autorizado. Se mantiene como una herramienta de aprendizaje, explicación y orientación, pero bajo supervisión humana cuando se trata de decisiones críticas.