Diego Campos es un tolimense de 31 años que ganó recientemente el título de Campeón Mundial de Baristas celebrado en Milán, Italia, considerada la cuna del ‘expresso’.

‘Amor Perfecto’ fue la firma encargada de ingresar al ganador del título a la cultura cafetera, haciéndolo primero como tostador de café, luego como catador y por último como barista. “Llevamos mucho tiempo trabajando para que Colombia tenga un campeón mundial de baristas”, indicó Luis Fernando Vélez, director de esta firma.

Además de su último logro alcanzado, Campos ha sido campeón nacional de baristas en tres oportunidades. La más reciente fue en 2019, cuando se ganó el derecho a participar en las competencias del World Coffe Championships de 2020 en Australia. Sin embargo, como consecuencia de la pandemia por el Covid-19, el campeonato se canceló y sólo hasta esta semana se pudo realizar en una locación diferente (Milán), de donde trajo el título para el país.

La bebida que presentó Diego en el Mundial de Baristas, está diseñada a base de expreso y con ella tuvo que convencer en sólo 15 minutos a los jueces que era el mejor del mundo. Con su preparación, el expreso se robó el protagonismo. Luego tuvo que presentar un capuchino y finalmente una bebida diseñada con altos niveles de creatividad.

Para este reto final, el colombiano creó una bebida delicada y pensada en las características del café de variedad eugenoides, proporcionando mucha dulzura a la taza de café y con notas a frutas tropicales, gracias a una reducción de carambolo y piña, otra hecha con cerezas y el mucílago del café, junto con una bola congelada de café ‘cold brew’, ingredientes sumados a un ‘expresso’ base.

“Esta bebida siempre se diseña a partir del expresso, entonces se le agregan ingredientes que potencializan los sabores y lo llevan a un nivel más alto”, manifestó el nuevo campeón mundial de baristas.

Trayectoria de Diego Campos

Vivió un par de años en Melbourne, Australia, donde aplicó sus conocimientos aprendidos en Colombia. Tiempo después, regresó al país convencido de que debía ser caficultor, por lo que desde hace dos años tiene su propio cultivo en una finca pequeña llamada El Diamante, en La Plata (Huila), donde aprendió a preparar la presentación que le dio en estos días el mayor trofeo de los baristas.