El 7 de agosto es mucho más que un día de fiesta, su significado es trascendental para la historia, pero sobre todo para nuestra actualidad. El pasado sábado el gobierno de Iván Duque cumplió dos años en el poder y lo más complejo es que después de todo este tiempo todavía no se sabe cuál es la ruta de Colombia.

Parte de nuestra misión en estos momentos es lograr darle un sentido a los hechos históricos vistos a los ojos de realidad actual. En este caso nuestro deber es saber cuál es el papel de la independencia, pero sobre todo entender de qué nos tenemos que independizar en pleno siglo XXI.

El siglo XIX estuvo marcado por las guerras civiles, situación que muchos historiadores normalizan dándolas como necesarias para que dichos territorios puedan organizarse de acuerdo a sus actividades culturales, políticas, sociales y económicas. El problema es que en Colombia la guerra se nos convirtió en una forma de vida, la dejamos como la mejor manera para resolver nuestros problemas y así hasta nuestros días. El siglo XX no fue la excepción y hoy todavía seguimos viviendo sus consecuencias. Es por ello que parte de la independencia que queremos lograr en estos días es superar la violencia, lograr que la paz se convierta en una posibilidad real y en la mejor forma de cohesión social para todos los que habitamos este Estado.

Unidos podemos superar la violencia y lograr la paz, en estos momentos de coyuntura donde la democracia y sus principios deben prevalecer por encima de cualquier ideología política, otro aspecto de lo que significa la independencia hoy es respetar las instituciones y sus decisiones sin importar que algunas de ellas sean contrarias a lo que pensamos o nos afecten directamente. Respetar las instituciones democráticas ayuda ostensiblemente a superar la violencia y entender que tenemos desacuerdos, pero no somos enemigos, y que el diálogo y los argumentos son el mejor camino para resolver las diferencias. Respetar las instituciones y sus decisiones son el mejor ejemplo y legado que cualquier gobierno nos puede dejar.

Para terminar, dejo dos posturas más de lo que considero que significa la independencia hoy. La primera es salvaguardar lo público, no me cabe duda de que las luchas y guerras que libraron los próceres de la patria eran para que los habitantes de este territorio pudiesen disfrutar libremente de los recursos públicos que históricamente hemos tenido. Es nuestra obligación cuidar y respetar lo público, y en muchos casos recuperarlo y nunca permitir que inescrupulosos corruptos se adueñen de ellos. Es nuestra obligación pedir cuentas a quienes nos gobiernen y tiene a su cargo nuestros recursos y es obligación de ellos responder de manera clara y transparente por el uso de estos recursos, así garantimos en parte la posibilidad de salvaguardar lo sagrado, lo público. 

Por último y entrelazado el cuidado y respeto de lo público, superar las desigualdades es lo que justamente nos hará independientes. Estos 200 años que tenemos como república, ya nos han dejado suficientes y notorias desigualdades, entre pobres y ricos, entre rurales y urbanos, y en esta coyuntura entre conectados y no conectados. Superar y hacernos independientes de estas desigualdades es fundamental, pero sobre todo necesario para un mejor presente para nuestros niños, niñas y jóvenes. Esta es nuestra misión. 

@julianelpolit

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