Participación ciudadana como productora de movilidad

Por: Olga Lucía Ríos Gaitán

Hoy día en Colombia todas las entidades del Estado deben buscar el bienestar y calidad del entorno de sus habitantes, protegiendo la vida y los derechos desde múltiples dimensiones, incluida la de movilidad.

En este sentido, son fundamentales los mecanismos de participación que generan confianza en la gente, lo que facilita, la planeación e implementación de medidas, soluciones y herramientas innovadoras entre la administración y la ciudadanía; y a partir de allí y de permanentes ejercicios de retroalimentación ajustan y mejoran cada vez más los planes locales de acción en materia de movilidad. Las herramientas no son pocas, Colombia cuenta con un extenso marco regulatorio sobre participación y movilidad, como los artículos 1, 20, 74, 79,103, 270 de la Constitución Política y las leyes 190\95, 769\02, 1383\10, 1437\11, 1757\15.

Así las cosas, la participación ciudadana es un ejercicio de doble vía, por un lado comporta un derecho ciudadano a intervenir en los procesos de toma de decisiones al interior de la administración y de igual forma constituye una obligación para el Estado de facilitar y habilitar los canales de participación necesarios para hacerla efectiva y real. Dentro del concepto de Smart City, la participación en varias ciudades de América Latina se materializa a través del uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, que hacen mucho más robustos, eficientes y eficaces los mecanismos de participación, sobre todo en el tema que nos concierne, que es la movilidad.

En el año 2015 en la conferencia Smart City realizada en Montreal se reunieron todo tipo de expertos, se abordaron, entre otros, en una discusión abierta y diversa, varios tipos de vehículos, medios de transporte con energías no convencionales como motocicletas eléctricas, cables aéreos, sistemas inteligentes de iluminación, etc. El orador principal Guillermo Gil Peñalosa hizo hincapié en la participación ciudadana como el centro del concepto de ciudad inteligente, poner a las personas primero, prioridad en peatones y ciclistas en el entorno urbano. Una excelente reflexión que hay que traer y adaptar a los gobiernos territoriales.

Finalizando, observamos como nuestra agencia de seguridad vial ha asumido con un alto grado de distinción y ejemplo para América Latina sus planes de participación en temas como: rendición  de cuentas, trámites y servicios, formulación de programas, proyectos, entre otros, que hacen mucho más fácil y simplifican la participación ciudadana.

Son muchos los retos y desafíos por afrontar, pero sin duda hemos dado un importante paso y es entender la participación ciudadana como elemento rector de la política pública en materia de movilidad, de la mano con el uso de las tecnologías de la información. La construcción de ciudades sostenibles, seguras y amigables, a la par de la movilidad urbana y la tecnología, avanza cada vez más a pasos agigantados.

Olga Lucía Ríos Gaitán

Consultora – Investigadora