Los presos oriundos del Eje Cafetero, recluidos en la cárcel Picota de Bogotá, se unieron a la recolección de firmas, que irán adjuntas a un comunicado que la población carcelería le enviaron al papa Francisco para que él interceda ante el gobierno colombiano con el fin de que se apruebe la ley de Jubileo.

José Fabián Marulanda, delegado de derechos humanos explicó que la comunicación se la harán llegar al sumo pontífice por medio de una congregación religiosa que se reunirá con él durante su estadía en el país.

Marulanda indicó que en la misiva le piden al papa que les ayude a que el gobierno colombiano a través de dicha ley les haga una sustancia rebaja de pena a los presos colombianos y que para dicho beneficio no se discrimine delitos.

El escrito enviado al sumo pontífice también lleva unos apartes en que los privados de la libertad aprovechan para pedirle perdón a Dios y a todos los colombianos por el dolor y los daños que con su actuar delincuencial del pasado pudieron haber causado. También se comprometen a resocializarse y contribuir a la construcción de una sociedad estable.

Por último la población carcelaria le expone al papa Francisco la crisis de las cárceles en el país. Le informan de los maltratos a los que son sometidos, las negligencias en la atención en salud, la mala alimentación que reciben a diario, los abusos con sus familiares cuando van a visitarlos y la ausencia de procesos que ayuden a una verdadera resocialización y rehabilitación de los internos en los penales colombianos.

Marulanda, quién lleva 15 años preso le suplicó al papa que los escuche y que tenga en cuenta que ellos también son seres humanos, además le recordó al sumo pontífice que la paz también se puede hacer negociando con los presos.

“Papa Francisco le pedimos de corazón que tenga en cuenta que no solamente es paso de paz las negociaciones con grupos armados al margen de la ley, también es paso de paz el que nos den una oportunidad de resocialización y de estar nuevamente dentro de nuestro núcleo familiar”.