De capilla hecha en paja a capilla construida en tapias. Luego, de catedral hecha en madera a catedral en ferroconcreto. Así ha sido el proceso que ha tenido la Catedral Basílica de Manizales, Bien de Interés Cultural Nacional.

La ciudad de Manizales vivió un incendio en el año 1925, que destruyó las actuales carreras 20, 21, 22, 23, y 24 entre calles 23 y 17. Únicamente se salvaron la Catedral de madera, la Alcaldía y una manzana del centro de la ciudad.

En 1926 un nuevo incendio golpeó a los manizaleños. El fuego arrasó las dos manzanas que abarcan actualmente la carrera 22 con calle 23 esquina y la Catedral, cuyos planos fueron rescatado por el cuerpo de Bomberos de la ciudad.

Entonces, los manizaleños “con fortaleza y tenacidad decidieron construir una Catedral que no se destruyera fácilmente”, asegura Luz Marina Gaitán Rojas, Jefe de la Unidad de Patrimonio Cultural de la Secrearia de Cultura de la Gobernación de Caldas.

Para ello se abrió un concurso en la Escuela de Bellas Artes de París, coordinado por el manizaleño Miguel Gutiérrez. El proyecto ganador, de estilo neogótico fue del arquitecto Julien Polty.

La Catedral se comenzó a construir en 1928 por la compañía de los arquitectos italianos Papio y Bonarda.

Una de las características especiales que posee la Catedral son los vitrales, son 850 metros cuadrados de vitrales los que rodean esta edificación,”esto hace que sea una de las catedrales más famosas del mundo, las catedrales célebres de Europa tienen la misma cantidad de vitrales”, comenta Horacio Gómez Orozco, Vicario episcopal para la cultura.

La edificación tal y como se aprecia hoy, finalizó en 1939, excepto la torre lateral izquierda construida recientemente.

En el año 1950 en el marco de la celebración del primer centenario de la ciudad, la Catedral fue elevada a la dignidad de Basílica.