Solo faltó la alfombra roja. Pacho Maturana, nuevo técnico del Once Caldas, desfiló ayer como una celebridad por el estadio Palogrande. Una calle de honor de la barra Holocausto Norte fue el preámbulo a su presentación en el museo, donde está tatuada la historia del equipo.

Este mundialista -llevó a Colombia a las copas mundo de Italia 90, Estados Unidos 94 y Francia 98-, sonrió con cada gesto del hincha. Su nombre inspira respeto, como lo recalca el salamineño Aurelio Velásquez, quien vio jugar a Maturana en su pueblo cuando el entrenador tenía 17 años. “Este señor es un ganador. Gústenos o no, el fútbol colombiano tiene su marca”.

Darío Gómez, el popular Loco, no podía faltar a la invitación. Muchos extrañaron su traje blanco que luce por las tribunas, pero llamó la atención por un cuadro en el que estaba acompañado por Maturana en el viejo estadio Fernando Londoño. El chocoano volvió a su esencia, esa que estampó en 1986 cuando debutó como técnico en el Once Caldas.

Hora y media duró su presentación. Los periodistas trataron de exprimirlo con sus preguntas. Su experiencia ha dado para escribir libros como el de José Clopatofsky en el que reseña su grandeza, la misma que difunde el Once Caldas por sus redes sociales ante su llegada.

Tulio Mario Castrillón, presidente del Club, dio la orden de terminar las preguntas. Y se preguntó: ¿cómo vamos a salir de acá? Pacho se paró y trató de hacerle el quite a las cámaras, pero fue imposible. Siguió respondiendo hasta salir custodiado por la Policía en medio de la multitud que quería saludarlo. Al doctor Maturana o simplemente Pacho, como lo mencionan en la obra literaria, lo hicieron sentir como una estrella.