Aunque el rejuvenecido y saludable aspecto que luce estos días Brad Pitt, visiblemente más delgado desde que regresara a la escena pública tras la noticia de su divorcio de Angelina Jolie, parecía constituir una señal inequívoca de que estaba logrando recuperar poco a poco el ánimo perdido tras el fin de su matrimonio, ahora su círculo más cercano no ha tardado en alertar de una posible recaída emocional motivada, en esta ocasión, por la reciente muerte de dos amigos muy queridos por el intérprete: el cantante Chris Cornell, quien se quitó la vida este miércoles, y del que fuera máximo responsable de los estudios Paramount, Brad Grey.
Mientras que el citado Brad Grey mantuvo hasta el pasado 14 de mayo una larga batalla contra el cáncer que fue deteriorando su salud de forma progresiva y aparentemente irremediable, el deceso del que fuera líder de las bandas Soundgarden y Audioslave fue, en palabras de su propio representante “repentina e inesperada”.
Tanto es así, que el equipo forense encargado de averiguar las causas de la muerte concluyó ayer jueves que el roquero se había ahorcado en su habitación de hotel minutos después de ofrecer un concierto en Detroit, unas circunstancias especialmente impactantes teniendo en cuenta que nadie de su entorno era conocedor de su atormentada vida interior.
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