La Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia concedió el recurso de habeas corpus al oso de anteojos ‘Chucho’, muy reconocido en Caldas tras permanecer 18 años en la reserva de Río Blanco en Manizales, que por medio de un tercero reclamaba volver a su hábitat natural tras haber sido trasladado al zoológico de Barranquilla, hace algunas semanas.
El alto tribunal concedió este recurso protegiendo los derechos del animal en vía de extinción, al considerar que existe jurisprudencia sobre la necesidad de que este tipo de seres como “sintientes” no pueden estar en cautiverio.
El oso de anteojos que permanecía en el zoológico de Barranquilla luego de que estuviera en la reserva Río Blanco, según la providencia, condenándole a una vida en cautiverio sin límites deberá ser trasladado en un término no superior de 30 días, contando desde el 26 de julio, a la reserva, en Manizales, según informó la Corte.
“Si bien la acción de habeas corpus, por tratarse de una herramienta constitucional dirigida para salvaguardar la garantía supralegal de la libertad de las personas, la misma no resulta entonces incompatible asegurar a los animales como ‘seres sintientes”, y por tal sujetos de derechos legitimados para exigir por conducto de cualquier ciudadano,la protección de su integridad física así como su cuidado,mantenimiento o reinserción a su hábitat natural“, señala la Corte.
En consecuencia, la nueva realidad, a fin de sobrevivir impone señalar que no son sujetos de derechos exclusivamente los seres humanos, que también lo son las realidades jurídicas, algunas de las cuales por ficción jurídica son ya personas como las “morales” y reclaman perentoriamente esa entidad por poseerla antológicamente, explica el Magistrado Luis Tolosa Villabona.
La Corte Suprema de Justicia aclara que los animales deben estar libres de incomodidad, sin hambre y sin sed, libres para desplegar los comportamientos naturales, teniendo en cuenta que, por ejemplo, los herbívoros pasan la mayor parte de su vida en las zonas de forrajeo y los carnívoros en la búsqueda de presas para cazarlas. Especialmente deben estar libres de miedos y angustias, porque su cautiverio les genera temor, estrés, estímulos negativos, del mismo modo deben estar sin enfermedades, evitando su hacinamiento y anomalías metabólicas.
Ante esta situación, el alto tribunal ordenó el traslado inmediato de “Chucho” a un hábitat natural en Caldas, donde estuvo por 22 años, para que allí se cumplan las condiciones de protección a esta especie que resulta de vital importancia para el equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza.