A Rogelio Jiménez Cardona le pegaron un tiro en la cabeza el 11 de de enero del 2005, en Aguadas. Seis años después, tras declaraciones de Fabio César Mejía, alias Jhónatan, excomandante del Cacique Pipintá de las Auc, se resolvió el crimen.

“La ordené, pero atendiendo la petición de mi amigo y colaborador José Julián Osorio Alzate, alias el Indio, que quiso vengarse de Jiménez Cardona porque lesionó a su hermano”, expresó Jhónatan.

En días pasados, al Indio lo condenaron a 33 años de cárcel como determinador de esa muerte. La sentencia la dio, en segunda instancia, el Tribunal Superior de Manizales.

A El Indio lo llevaron a audiencia por este crimen. No aceptó cargos, pero no le pidieron detención, pues ya estaba encarcelado por otra condena (ver recuadro). El proceso se desarrolló entre el 2015 y el 2016 en Aguadas. Finalizó el 20 de abril con sentido de fallo condenatorio.

El juez le dio credibilidad a la sindicación de alias Jhónatan, pues era amigo cercano de El Indio, incluso padrino de su hija. Se corroboró que participó como financiero de las Auc y que el fallecido, en una ocasión, lesionó con machete al hermano del hoy condenado.

Un testigo trató de desmentir a alias Jhónatan, pero el juez no le dio credibilidad. En la apelación, la defensa de El Indio indicó que no se demostró la presencia de su protegido en el sitio de los hechos, tampoco en el organigrama de las Auc, que se dedicaba a vender café y no tenía problemas con el fallecido. Que aceptó otros delitos, en otros procesos, por presiones para recibir rebajas de penas.

“La Sala no comparte que José Julián haya sido una persona ajena al comandante Jhónatan. Aparecen como un par de hombres que tuvieron, más que una simpatía especial, una amistad entrañable, lo que corroboró alias Alberto Guerrero”, expresó, el fallo.