Los reductores sintéticos que instaló hace ocho días la Secretaría de Tránsito de Manizales sobre los cuatro carriles de la Avenida Paralela con calle 39 tienen enfadados a conductores y peatones, pero satisfechos a los residentes.
Los primeros, sin preguntarles, gritaban ayer a las 9:55 de la mañana desde carros y motos: “muy mal hecho esto”, “Escriban p’aque quiten eso”, “mal puestos, se equivocaron”, “esto no sirve”.
A esa hora, considerada no pico, ya había fila de carros bajando hacia Ondas de Otún. El motivo: el pare que tienen que hacer los conductores para atravesar el reductor y no dañar el vehículo.
En la otra orilla están los residentes. Juan Guillermo Salazar, habitante desde hace 10 años, aseguró que antes de instalarlos, pasar la Avenida era muy complicado, y que cada rato había gente y perros atropellados porque los carros y motos circulaban a 80 y hasta 90 kilómetros por hora (ver recuadro Antecedentes 2016).

Mejoría en la zona
El hecho es que al tener que reducir velocidad, sí se están formando congestiones, y los peatones para cruzar se ven en dificultades porque los vehículos arrancan con velocidad, aunque existen cebras en ambos carriles.
“No sé si sea la solución para este punto, pero creo que el problema de la velocidad ha mejorado. Inicialmente pusieron reductores en doble línea y se formaron unos trancones los verracos, pero ya se disminuyó porque retiraron una línea. Esto es un corredor vial porque por acá se descuelga la gente de Cervantes, Nevado, El Paraíso. Otra opción sería un puente peatonal”, agregó Salazar.

A bajar velocidad
Carlos Alberto Gaviria Marín, secretario de Tránsito de Manizales, respondió que respeta el punto de vista de los detractores de la medida, pero que instalaron los reductores basados en elementos técnicos, como el Manual de Señalización que indica que cuando hay mucha accidentalidad se pueden ubicar estos dispositivos.
“Los reductores se requieren allí para mermar la velocidad, que es exagerada. La comunidad está muy agradecida, pasan más tranquilos. Es muy normal que se congestione, pero estamos protegiendo la vida, primero la vida”, señaló el funcionario.
Recordó que el separador de la Avenida lo tuvieron que cerrar el 8 de noviembre del año pasado para evitar más accidentes, por lo que se consideraba un punto crítico. Estos dispositivos fueron un aporte de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Gaviria Marín anunció que reductores como estos serán instalados junto a Santa Bernardita, en la Avenida 12 de Octubre (Chipre), y detrás del Instituto Manizales, en la Avenida Marcelino Palacio, para que los carros reduzcan velocidad. Una niña también murió este año al ser atropellada en un accidente en la 12 de Octubre.
El secretario indicó que aunque la velocidad máxima permitida para las zonas urbanas es de 60 kilómetros por hora, la autoridad de tránsito puede aumentarla o disminuirla por las características de una vía o cercanía con una institución educativa o centro cultural o recreativo, y el paso por estos sitios debe ser máximo a 30 kilómetros por hora.
“Cuando la gente respete las normas y merme la velocidad, no habrá necesidad de poner reductores. Tenemos que rebajar los muertos en accidentes de tránsito”, concluyó.