“Amor, yo quiero una fiestica pues así (…) Take tarake take, guaro, perico, popper, tusi, sexo”. Un audio de una mujer que sueña con una noche de música electrónica, alcohol, drogas y relaciones se hizo popular en Whatsapp el año pasado.

Durante meses circuló en los grupos de este servicio de mensajería, donde amigos bromeaban sobre la rumba pesada que proponía la desconocida autora de la nota de voz.

Hace unas semanas se publicó en YouTube un remix del famoso audio y este volvió a tomar vigencia. Pero, ¿qué tan peligrosa puede resultar esta droga? Lea con atención porque las consecuencias pueden ser mortales. 

Échele cabeza al cóctel explosivo del ‘Take tarake take’Julián Quintero, de la iniciativa Échele cabeza, habla sobre la droga 2CB y los peligros de mezclar sustancias.

Pese a que la mayoría de las sustancias mencionadas por la mujer son conocidas, el ‘tusi’ es una de la que poco se habla. De hecho no se llama así, sino 2CB.

Iván Darío Gómez, químico farmacéutico y PdD en ciencias biológicas, cuenta que esta es una droga sintetizada en los años 70 “que comienza a tener un uso en la psiquiatría para tratar, especialmente, afecciones emocionales”; no obstante, luego pasó a tener un uso más callejero y a popularizarse como droga urbana.

Según expresa la ONG Échele Cabeza cuando se dé en la cabeza, un proyecto de la Corporación Acción Técnica Social ATS para promover el consumo responsable, esta droga es una feniletilamina psicodélica de mediana duración, comercializada en forma de polvo o en comprimidos. Los efectos que produce dependen de factores como la cantidad administrada, la calidad de la sustancia y la alimentación previa a su uso.

Durante ‘la subida’ (mientras comienza a hacer efecto), el consumidor puede experimentar inquietud pasajera, aumento de energía corporal y percepción alterada de la realidad. Este proceso puede demorar de una a dos horas.

Después viene lo que se conoce como ‘el viaje’, que va acompañado de dilatación de las pupilas, patrones visuales, nuevas formas de ver las cosas, sensación de perspicacia y cambios emocionales. Estos efectos pueden durar de cuatro a ocho horas.

“De un gramo de 2CB puro se pueden sacar hasta 15 para vender en la calle”

Julián Quintero, director ejecutivo de ATS, advierte que en Colombia esta droga es rendida con otras sustancias. “Lo que hemos encontrado al analizar estas muestras es que en la mayoría de los casos es probable que no superen el 20 % de 2CB, el resto son adulterantes. Esta es una droga que en muy poca cantidad surte efecto. Lo que hacen es que terminan de completar un gramo con ketamina, éxtasis, MDMA y anilinas”, detalla. Esto provoca que los compradores terminen bajo el efecto de otras sustancias.

Gómez Castaño coincide al afirmar que como el 2CB es una droga de alta complejidad en su síntesis, los mayores peligros se corren por las mezclas, las cuales usualmente están contaminadas.

Esto tiene muchos problemas, el primero es que no se aseguran las concentraciones precisas de principio activo del que las está comprando. Entonces, si una persona compra una pasta de 2CB, puede estar comprando algo que tiene solo un 15% de 2CB y lo demás son mezclas que incluso incluyen metanfetaminas. La administración se hace compleja por las mezclas que se hacen y porque no existe un adecuado control de lo que sucede cuando se ingiere, que es la biodisponibilidad del fármaco”, anota.

Si una persona consumiera 250 miligramos de 2CB, entraría en un colapso muy fuerte

Esta droga ha sido llamada erróneamente la cocaína rosada y no contiene cocaína. Muchos la inhalan, aunque esto no es nada recomendable. Échele cabeza ha documentado que “el 2CB original no es de colores. Nosotros asociamos esta característica al mercadeo y a la necesidad de aumentar el volumen de una mezcla adulterada”.

“El 2CB se consume de dos formas: esnifado y por vía oral. El esnifado es peligroso porque en este caso deben ser dosis muy pequeñas. ¿Por qué? Porque cuando se esnifa una droga, el contacto directo con los vasos sanguíneos, permite una absorción mucho más rápida del fármaco“, explica Gómez Castaño. No obstante, esto no quiere decir que el consumo oral sea menos complejo porque al entrar en contacto con el torrente sanguíneo, los efectos pueden ser de larga duración.

Cuando se esnifa una droga, el contacto directo con los vasos sanguíneos, permite una absorción mucho más rápida del fármaco

El riesgo de sobredosificarse es muy alto y las consecuencias van desde vómitos y náuseas hasta cuadros de paranoia. Para Quintero, un peligro adicional es que la cultura colombiana está muy ligada al abuso y a la exageración. “Aquí es todo a ‘volquetadas’, dice Quintero.

Sobre los efectos a largo plazo se conoce muy poco debido a que esta droga, que no se produce en el país sino que se importa, es relativamente nueva en el mercado. “La justicia desde hace mucho tiempo se dio cuenta de que los narcotraficantes colombianos no solamente mandan sustancias al exterior, sino que también traen otras”, revela Julián.

Goméz Castaño, además, expresa su preocupación por la falta de estudios que existen en el mundo sobre el impacto de esta droga en los organismos humanos. “No existen muchos datos ni estudios médicos ni clínicos que expliquen la biodisponibilidad del 2CB. Hay unos experimentos con ratas que muestran cosas claras, pero, al no existir estudios clínicos es complejo afirmar cuáles son los umbrales de intoxicación y por lo tanto los tratamientos“.

Mucho se tiene que investigar y saber sobre esta droga para saber la reacción de los organismos ante ella

Una droga común en los ambientes de rumba

El 2CB no es algo que se comercialice a la salida de los colegios o de las universidades, pues tiene un alto costo. Un gramo oscila entre los $80.000 y los $150.000, aproximadamente.

Especialmente se encuentra en la escena electrónica, pero la hemos visto en espacios diferentes

Por los efectos que genera esta sustancia, tiene alta presencia en lugares de fiesta. Al ser psicodélica, los consumidores la usan en espacios con música fuerte, luces y situaciones estimulantes.

El equipo de Échele cabeza, que ofrece el servicio de analizar drogas para que las consumidores sepan exactamente de qué están hechas, ha ubicado al 2CB en el quinto o sexto puesto de popularidad después de otras, como la marihuana, la cocaína y el éxtasis. Según las evidencias, ya dejó de ser una sustancia extraña que se exploraba y se encuentra totalmente instalada en el mercado. Aunque por su costo tiene un público pequeño.

Guaro, perico, popper, tusi y sexo: un cóctel peligroso

Julián Quintero alerta con preocupación que, “aunque nos cause risa el audio del take tarake, esa mezcla que proponen ahí no deja de ser riesgosa”.

Combinar diferentes drogas y tomar alcohol no es recomendado bajo ninguna circunstancia. “La mayoría de las personas no es capaz de controlar una sola de esas sustancias, ahora imagínese lo que puede llegar a pasar si revuelve todo eso”, reflexiona.

Se puede estar en altísimo riesgo de tener una pésima experiencia

Es probable que después de consumir un cóctel de esos, la persona experimente efectos como depresión en los siguientes días. Échele cabeza pide a los consumidores tener mucho cuidado frente a las posibles consecuencias en la salud mental a raíz de un consumo a largo plazo de esas sustancias.

¿Y el sexo qué papel juega?

Las drogas pueden contribuir a potenciar la experiencia íntima. Según Julián, “si la palabra sexo está al final de ese audio es porque todo lo que consumen antes los está preparando para poder elevar el placer”.

Sin embargo, ahí puede estar el peor efecto de mezclar tantas cosas en una misma noche. “Hay riesgos como enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y guayabo moral, que dura mucho más que el del alcohol”, recuerda el representante de la corporación.

En sus manos está su vida. Échele cabeza.

Cortesia: El Tiempo